Uno de los insultos preferidos por parte de los llamados “provincianos” a los “capitalinos” es acusarlos de su obsesión por el bolillo y por meter toda su comida en el bolillo.
Y es verdad, si bien, los chilangos hemos sabido llevar al bolillo en todas las prácticas culinarias de nuestra ciudad; desde tortas de chilaquiles, pollo, tamales, salchicha; hasta tortas de gelatina, mazapán, tacos entre otras…
Habrá que aclararles primero que quizás estén pensando en las teleras, que es el tipo de pan que frecuentemente es el más utilizado para las tortas, pero como quiero ya saber a que se refieren, así que analicemos un poco más el estereotipo más malentendido sobre los capitalinos (aparte de las quesadillas sin queso).
Nuestros antepasados no comían pan de trigo en la época precolombina, fue hasta después de la llegada de los españoles que se empezó a moler harina de trigo en grandes cantidades, gracias al poder de los animales de jumento que pueden mover las grandes piedras de los molinos (eso permitió a las sociedades europeas crecer más rápido y desarrollar más tecnologías, pero esa es otra historia).
La leyenda cuenta que un esclavo de Hernán Cortés, llamado Juan Garrido (otras fuentes lo tienen como Gerrero) encontró un día tres granos de trigo en el arroz y hubo plantarlos y solo uno germinó, y de ahí se hizo pan; lo más probable es que la elaboración del bolillo como lo conocemos venga de Camille Pirotte, un cocinero belga en la corte del emperador Maximiliano de Habsburgo, quién llegó a Guadalajara durante la intervención francesa y le enseñó a los tapatíos como fabricar el pan al estilo francés , de masa madre, crujiente por afuera pero suave y esponjoso por adentro. Los mexicanos no podrían pronunciar bien su apellido así que le decían “pirote”, y el pan eventualmente paso a conocerse como “birote”.
Durante la presidencia de Porfirio Díaz, México recibió más influencia francesa en muchos aspectos, desde la arquitectura hasta la cocina. A Don Porfirio le encantaba la cultura francesa; y la elaboración del bolillo se perfeccionó. Fue durante el siglo XX que el bolillo salía cada 20 minutos de las panaderías y era barato, calentito y sabroso; volviéndose popular con la gente común.
Hoy en día en la CDMX el bolillo es tan popular como muchos otros estilos de pan; es cierto que en algunas panaderías se mantiene viva la tradición del pan recién horneado cada 20 minutos, pero a final de cuentas el bolillo es tan popular aquí como en cualquier ciudad de México.
Conoce las Tortas más chilangas que te harán…
Con la llegada del covid-19 se ha reducido la integración laboral, por eso te damos…
Un día de SPA en CDMX ¿Todavía no conoces todos los beneficios que tiene tomarte un…
Conoce los destinos de turismo de aventura más destacados en México, y la dosis de…
¿Ya tienes plan? ¿No sabes que hacer? Somos tu solución. Aquí encontrarás eventos, lugares, y experiencias increíbles cerca de ti. Descubre tu ciudad, ¡Vamos Juntos!.